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Vacunación: Todo lo que tienes que saber

La historia ha demostrado que la vacunación forma parte de las medidas más efectivas para prevenir enfermedades, discapacidad y muerte a causa de enfermedades infecciosas. Las enfermedades que pueden prevenirse con vacunas pueden ser peligrosas o incluso mortales. Las vacunas reducen en gran medida el riesgo de infección al trabajar con las defensas naturales del cuerpo para desarrollar de manera segura la inmunidad a una enfermedad.

¿Se tiene claridad sobre el término vacunación? 

Pediatras del Equipo de Atención Primaria de los Alpes en Madrid, España definió en su artículo el concepto de vacunación como “Administración de microorganismos vivos atenuados, inactivos, de una de sus partes o de un producto derivado de ellos que se aplica para producir una infección similar a la infección natural pero sin peligro para quien la recibe, con el objetivo de producir una respuesta inmunitaria que le proteja frente a ulteriores contactos con el germen del que se le ha vacunado”. Si la protección se extiende a personas no vacunadas se habla de inmunidad de grupo o de rebaño.

¿Qué hacen las vacunas en tu cuerpo? ¿Cómo funcionan?

La CDC emitió un reporte donde explica cómo funcionan las vacunas basado en la literatura y en la evidencia. En éste describe que las  vacunas ayudan a desarrollar inmunidad al imitar una infección pero sin provocar enfermedad, solo estimulando al sistema inmunitario a producir linfocitos T y anticuerpos. En ocasiones la inoculación puede provocar síntomas menores, como fiebre y malestar general. Esos síntomas menores son normales y previsibles mientras el cuerpo desarrolla la inmunidad. Una vez que la imitación de la infección desaparece, al cuerpo le queda un suministro de linfocitos T de “memoria” y también de linfocitos B que recordarán cómo combatir esa enfermedad en el futuro. Sin embargo, el cuerpo suele tardar algunas semanas en producir linfocitos T y linfocitos B después de la vacunación. Por lo tanto, es posible que una persona que contrajo una enfermedad por infección justo antes o justo después de vacunarse desarrolle síntomas y contraiga la enfermedad, debido a que la vacuna no tuvo suficiente tiempo de desarrollar protección.

¿ Cuántos tipos de vacunas existen?

Según el enfoque será el tipo de vacuna, para ello se debe conocer la forma en que infecta y se expresa el germen, como la forma en que infecta la célula y cómo el sistema inmune trata de combatirlo. Actualmente y según la CDC se conocen 5 tipos de vacunas: 

  1. De virus vivos atenuados: el virus vivo es debilitado para que al ser inoculado en el organismo cause la enfermedad pero no de forma grave y así el sistema inmunológico lo reconozca y active la inmunidad. Ejemplo de estas vacunas: sarampión, paperas y rubéola.
  2. Inactivas: el virus muere en el proceso pero quedan partes reconocibles por el sistema inmune por ello en ocasiones se necesitan varias dosis para lograr la inmunidad. Ejemplo: La vacuna antipoliomielítica.
  3. Toxoides: en este tipo de vacuna se utilizan las toxinas debilitadas que son producidos por ciertos  microorganismos, estas toxinas son reconocidas por el cuerpo creando la inmunidad. Ejemplo: DTaP contiene toxoides de difteria y tétanos.
  4. Subunitarias: solo incluyen partes, o subunidades, del virus o bacteria en lugar del germen completo. Ejemplo: Vacuna de la de tos ferina (pertussis)
  5. Conjugadas: combaten otro tipo de bacterias. Esas bacterias tienen antígenos con un recubrimiento exterior de sustancias similares al azúcar llamadas polisacáridos. Este tipo de recubrimiento disfraza al antígeno y dificulta que el sistema inmunitario inmaduro de un niño pequeño lo reconozca y responda a él. Ejemplo: Haemophilus influenzae tipo B.

Hay tres conceptos de gran importancia en la vacunación: Eficacia, efectividad e impacto.

La eficacia según la OMS, es el porcentaje de reducción de la incidencia de la enfermedad en los sujetos vacunados respecto a un grupo que no recibe la vacuna en estudio. Ambos grupos son seguidos en el tiempo y se contabiliza el número de casos de enfermedad que aparecen en cada uno de ellos. El Centro de Control de Infecciones de Estados Unidos (CDC) define la eficacia vacunal como la capacidad de una vacuna de proporcionar protección contra la enfermedad en circunstancias ideales.

El término efectividad vacunal según el CDC es la capacidad de una vacuna de proteger contra enfermedades cuando se aplica en condiciones de campo (condiciones reales o habituales de la práctica clínica diaria o de los programas de salud pública). La universidad de Oxford dio una acotación importante y es que la efectividad sólo se evalúa mediante estudios epidemiológicos observacionales, básicamente de casos y controles y de cohortes. Dichos estudios se realizan una vez que la vacuna está comercializada, y forman parte de los estudios de fase IV o estudios post-autorización.

El impacto en un programa de vacunación se entiende como el cambio en la incidencia de una enfermedad prevenible por vacuna comparada con la incidencia antes de la incorporación de la misma. 

El desafío está en valorar el efecto de la vacuna o el programa de vacunación con diseños cada vez más adecuados que dependen de un buen sistema de registro, condición que permitirá a las autoridades de salud tener una dimensión más precisa de lo que sucede con la incorporación de diferentes vacunas en programas nacionales de inmunización.

Para finalizar esta revisión generalizada sobre la vacunación, se quiere hacer especial énfasis en la responsabilidad como individuos en la aplicación de un esquema de vacunas ya definida según la edad, el país y el entorno en donde nos desarrollemos, pues aun en la actualidad algunas personas creen que la inmunidad adquirida naturalmente es mejor que la inmunidad que aportan las vacunas, sin embargo, las infecciones naturales pueden provocar complicaciones graves y ser mortales. La vacuna como se mencionó no solo protege a la persona que se la aplica sino a las personas a su alrededor y a su entorno evitando que en un futuro haya crecimiento exponencial de la enfermedad y por ende de la morbilidad y mortalidad.

 

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